miércoles, 15 de mayo de 2013

¿Quieren reeditar la alternancia de Cánovas y Sagasta?

Las dos últimas encuestas sobre intención de voto publicadas en El País y El Mundo muestran una estrepitosa caída del PP y un continuado descenso del PSOE. Más allá de las interesadas interpretaciones, como siempre que aparece un sondeo de opinión, casi todos coincidimos en las dos conclusiones más importantes que se pueden extraer de esos estudios: la acuciante pérdida de protagonismo del bipartidismo y el auge de IU y UPyD. Sin embargo, los líderes populares y socialistas han hecho caso omiso a este serio aviso y siguen mirando hacia otro lado. Los dirigentes de una y otra formación prefieren poner el acento en los deméritos del oponente en lugar de reflexionar seriamente a la luz de estos datos y hacer autocrítica. ¿Aún se preguntan por qué los políticos se convierten en uno de los temas que más preocupan a los ciudadanos?
Qué quieren que les diga! Lejos de circunloquios y eufemismos, me imagino con frecuencia una parodia surrealista con los responsables de los principales partidos como protagonistas. Una absurda conversación entre dos interlocutores que saben que no tienen el foco de las cámaras apuntando hacia ellos. Un diálogo propio de niños en un patio de colegios con el tan cacareado " y tú, más". Una escena que podría describirse de esta manera:
-Mariano, vaya varapalo te han dado en las encuestas. Tantos recortes tienen estas cosas...
-Bueno, no es para tanto...
-Qué no lo es? Si has perdido más de 12 puntos en menos de un año!
-Bueno, pero... umm...vosotros también bajáis, así que...
-Pero no es lo mismo...
-Aun así, seguimos por encima...
-Sí, umm... pero por poco tiempo porque la gente no te quiere
-Pues anda que a ti... ¡ni los tuyos te apoyan!
-Pero sacas menos nota que yo...
-Sí pero soy más alto...
(un rato más tarde)
-Oye, hablemos de cosas más importantes... Vas a ir al partido del viernes?
-Claro, a ver si ganamos
-Eso a pesar de "Mou". Ése sí que me preocupa...
Esté o no en riesgo el bipartidismo, ya hay voces que alertan de la conveniencia de dos grandes formaciones para mantener el equilibrio democrático. ¿Será que de verdad están viendo las orejas al lobo?
Mientras consideren que cuanto peor vaya el adversario, mejor para ellos aunque sea en detrimento del interés general; mientras no castiguen con firmeza a quienes se sirven y se lucran con la política; mientras incumplan de manera sistemática los programas electorales y mientras nos traten como meros espectadores, la sociedad se irá alejando cada vez más de sus dirigentes y sus instituciones públicas.
Sin embargo, si malo es que a los aficionados no les guste el equipo ni los jugadores y tampoco el estilo propuesto para conseguir la meta, peor aún es que piensen que no hay banquillo.

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